"Remember... love is what brought you here. And if you’ve trusted love this far, don’t panic now. Trust it all the way."
(Por Leo Calabrano)
Barry Jenkins ya nos había sorprendido con Moonlight 2 años antes. Un film independiente que había acumulado aclamación crítica y adoración por un grupo de su audiencia, además ganando el Oscar a mejor película del año. Dos años habían pasado y decidió lanzarse con un proyecto personal de varios años en proceso, el de adaptar una de las más importantes novelas "negras" de la historia, una de las tantas del gran escritor americano James Baldwin, tocando a fondo la crítica situación de discriminación y maltrato social y en aspectos judiciales hacia la población afroamericana en su país.
En If Beale Street... Tish y Fonny, los protagonistas, se han conocido toda su vida. Siempre fueron cercanos, siempre compartieron su vida, así que apenas pudieron percibir como esa cercanía, confianza y relación se estaba convirtiendo en algo más. La cinta se inicia con 2 eventos, el inicio de su relación en flashbacks y la cruda realidad presente de la película, el inicio de la lucha judicial por la libertad de Fonny, acusado de la violación de una mujer. Ambos relatos se siguen entremezclando de forma fluida y artística, lo que fortalece las emociones de ambas situaciones.
Si en Moonlight Jenkins ya demostraba su capacidad de lograr lo mejor de sus actores, recoger el alma y las más puras emociones de los rostros de ellos y expresarlos en tomas directas "full face" ausentes de diálogos pero que comunicaban más solo con una mirada o un gesto, acá sus capacidades son aprovechadas al máximo, porque uno de los tantos elementos brillantes de If Beale Street es lo intoxicante de su viaje emocional. Las tomas fluyen, alrededor de los rostros, las expresiones de sus caras y los movimientos de sus manos, con una fotografía cándida bellísima que resalta la sensualidad, intimidad y belleza de cada cotidiano momento, y con una banda sonora llena de toques de jazz, violines armónicos y vitalidad que acompaña la elegancia del relato y lo único y precioso del romance de nuestros protagonistas. Todos éstos son elementos de máxima categoría, incluso diría yo, memorables, lo que hacen más inolvidable la visión del film.
El film está contado con amor, con cariño por sus personajes y su lucha por mantener vivo ese amor, pese a conflictos familiares, a sus carencias económicas o a una lucha en contra del arreglado sistema judicial, y si bien duele ver los momentos en que la batalla parece estar perdida, es ese amor en el que han decidido confiar todos ellos, lo que mantiene a flote sus esperanzas y vidas. La crítica social está ahí, es evidente, pero nunca toma la primera plana, porque el foco está en lo inconmensurable y inamovible de un amor potente, puro, romántico como no recuerde haber visto en otra película, intenso pero íntimo, ausente de falsos sentimientos o infantilismos tan reiterativos en el género. Al contrario, esto es una oda a éste, el más bello de los sentimientos. Es una poesía visual en la que sumergirse y con la que reír, llorar de alegría y luego de rabia e impotencia, como una vida completa y sus emociones resumida en 2 horas.
Palabras aparte merece la labor de los roles
secundarios de forma global, pero en particular lo que hace Regina King como la madre de Tish, con potentes diálogos y esa constante presencia de comprensión, apoyo y compañía a su hija, hasta llegar a un rol más activo en la búsqueda de justicia por su yerno. No por nada se vio merecedora del Oscar a mejor actriz secundaria ese año (y Jenkins ya suma 2/2 para Oscars por interpretación).
Finalmente, debo admitir que nadie está haciendo cine como Jenkins, un poeta visual que logra capturar las emociones como nadie y contar historias llenas de lucha y barreras biográficas, con un potente trasfondo social y un mensaje potente en cada una de sus películas. Ahora, lo que logra crear en If Beale Street no es nada menos que mágico, agobiante por tanta belleza, quebrantador por tanta injusticia e inspirador por el triunfo del espíritu humano. Es una obra maestra con todas sus letras, una experiencia audiovisual que embriaga todos los sentidos con su historia de amor, de sueños, de libertad, de pasión y de esperanza. Y si, me sabe a clásico instantáneo, con una de las más hermosas historias de amor que haya visto en pantalla y luce, suena y está interpretada de forma simplemente magistral (10/10).
Trailer sin subtítulos (éste es el mejor trailer, lamentablemente no encontré uno con subs, pero los visuales son suficientes para que entiendan el concepto y el alma de la cinta)
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