Por Leo Calabrano
Entretenida, de paso lento pero fluido, con un universo amplio y concreto, pero que peca de simple en su desarrollo y mensajes. No está el talento visual, ni la experiencia sensorial ni el misterio obscuro y poco penetrable de la original, elementos difíciles de igualar de esa obra maestra, pero lo que realmente se extraña es la ausencia de un trasfondo emocional más de peso, ya evidenciado en obras previas de este director (que al menos a mí, me hizo emocionar hasta las lágrimas con The Haunting). Para salvar la tarde finalmente (6/10).
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De Mike Flanagan, el director a cargo de la sorpresiva Oculus y de la maestra serie “The Haunting of Hill House” (Netflix), se podía esperar cosas meritorias en la arriesgada toma de la secuela de The Shining. El film hace lo suyo desde un punto de vista de ampliar el universo de dicha historia, continuar el tópico de “el resplandor” tocado sutil y tangencialmente en la original (más adaptación propia de Kubrick que traspaso literario, dicho sea de paso) y cuenta una historia que lamentablemente se siente demasiado típica en sus puntos mencionados. Una agrupación enemiga, más personas “iluminadas” y un nuevo sentido de vida para nuestro sobreviviente Danny Torrance, y ya tenemos el 80-90% de la película resumida. El ritmo es lento y trabajado y se permite el tiempo para hacer crecer a sus personajes nuevos, y la verdad te mantiene atento a lo que pueda ocurrir gracias a un buen apartado técnico que acompaña habitualmente al cine de Flanagan y a un carismático Ewan McGregor, que en momentos más cercanos al conflicto emocional de su personaje logra darle algo de alma a su rol. No deja de ser agradable ver el uso de flashbacks renovados a la cinta original, aunque siento que le juega en contra, al comparar los dos estilos de cine de ambas cintas. Finalmente se extraña ese toque de drama humano tan bien trabajado en obras previas de Flanagan, que siempre dejaban un sentido de potente mensaje o desolador resolución. Acá en eso nos quedamos cortos y esa sensación prevalece en el sabor que deja en la boca la cinta. Es un film bien hecho, que pese a su duración nunca aburre y que honra adecuadamente la cinta original, pero mis alabanzas se quedan ahí (6/10).
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